Ha vuelto a ocurrir. A pesar de las incesantes
denuncias. A pesar de los informes del Defensor del Pueblo y de Amnistía
Internacional. A pesar de las movilizaciones. Las violaciones de los
derechos de los niños no han cesado, y la desesperación de algunos de
ellos vuelve a tener efectos terribles.
El lunes 13 de diciembre de 2010
un niño de 14 años volvió a intentar quitarse la vida en el interior del
centro de menores Picón de Jarama. Según informa su madre, se trata del
segundo intento en un mes, y en estos momentos se encuentra
hospitalizado en el hospital Gregorio Marañón, de Madrid. A Marisa, su
madre, no se le ha permitido verle todavía, y según fuentes del
hospital, el director de Picón de Jarama (Juan Carlos Rodríguez
Crespillo) habría dado orden de impedir cualquier visita. Por este
motivo, desconocemos en qué estado de salud se encuentra el niño ahora
mismo.
Desde esta web, venimos siguiendo el caso de este
adolescente desde hace tiempo, y hemos podido comprobar como los
derechos del niño han sido violados sistemáticamente, desoyendo además
los desesperados intentos de su madre, por buscar ayuda ante los malos
tratos que el adolescente decía sufrir en Picón de Jarama. Marisa lleva
tiempo advirtiendo de que su hijo estaba desesperado. Incluso el propio
niño había escrito una carta pidiendo a su técnico de tutela que le
sacase de Picón de Jarama porque no aguantaba más.
Puedes escuchar una entrevista realizada a su madre antes del intento de suicidio aquí.
El niño se encuentra tutelado por la Comunidad de Madrid
debido a la situación de su familia. Marisa es una mujer divorciada que
trabaja 7 días a la semana y tiene además un hijo diagnosticado con
TDAH. Según el Instituto Madrileño del Menor y la Familia, las
dificultades familiares, sumadas a su situación laboral, le impiden
cuidar de ellos. Por este motivo, sin respetar la opinión de los niños
ni la de Marisa, se los entrega a dos empresas privadas que reciben
(empleando los cálculos del defensor del Pueblo) alrededor de 3.600
euros mensuales por cada uno de ellos. Los niños están ubicados a
decenas de kilómetros uno del otro, y el niño que intentó suicidarse
ayer sufría además las condiciones carcelarias y los presuntos malos
tratos de Picón de Jarama.
Esperamos que sea suficiente leer la carta del niño,
escrita de su puño y letra en agosto, para que quienes leeis estas
líneas os animéis a actuar contra la impunidad que rodea todos estos
casos. Muy pronto se anunciarán movilizaciones.
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